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lunes, 6 de enero de 2014

Mi experiencia junto al crimen


MJBarreiroLG
En junio de 2007, cuando llevaba muy pocos meses en la memoria, compartia mi tiempo entre la primera lectura sobre la represión en Ferrol y las indagaciones en un antiguo foro de una web de una asociación de memoria que de aquella era como quizás digamoslo así el lugar de encuentro de muchas personas con las mismas inquietudes de aprender que habia pasado en sus familias.

Una tarde de ese mes de junio, como tantas otras mi conexión al foro coincidió exactamente con el momento en que colgaron la información para acudir como voluntarios a la exhumación en el cementerio de San Rafael de Málaga, alli ya llevaban trabajando desde el 2006 y era otra de las convocatorias de colaboración en calidad de voluntarios. Sin pensarmelo dos veces leí los requisitos que curiosamente no cumplia, como el tiempo que podia dedicar y aun algo peor, la edad...

Aun así no dude un solo momento y escribi a la dirección de referencia indicandoles que aunque pedian una dedicación por quincenas o meses yo solo podia dedicar 10 días en el mes de julio por que aprovechaba que mandaba a mi hijo de aquella todavía un crío a las colonias de verano, en cuanto a la edad, la sobrepasaba bastante, pero la contestación si no me equivoco creo recordar que llego super rápido y ¡¡¡ohhh sorpresa!!! había sido admitida.

Cuando leí la contestación que posiblemente el correo lo debo de conservar, me salió del alma esa frase que después me llevé impresa en una camiseta echa por mi misma: "Abuelo voy para allá".

Nunca había estado cerca del abuelo materno, ese abuelo del cual todos sus nietos hemos carecido, ya no por la diferencia de edad que es abismal, si no por habernos sido arrebatado de nuestras vidas.

Mi viaje a Málaga en busca de mis raices me llenaba de cierta preocupación, nunca había estado cerca de la muerte eso pensaba de aquella, todavía no tenía asimilado haber visto a mi padre fallecido poco más de ocho meses antes, pero él era distinto, la confianza, la familiaridad lo hacian diferente de cara a sentir cierta preocupación de estar tan cerca de la muerte, de los restos mortales de otras personas desconocidas.

Allí llegué, allí me instalé donde la organización tenia preparado, una residencia de estudiantes, desde la que cada mañana creo recordar que a las ocho nos recogian para llevarnos a la exhumación.

Allí los ví, tirados, arrojados... allí despeje mis dudas sobre temores infundados a ver de cerca la muerte.
Allí sentí rabía, y lloré.
Allí conocí un gran sentimiento de amor a la humanidad.

Y através de otras experiencias aprendí aquello de "Todos son mi abuelo", al igual que Juliana decía "todos son mis padres".

Ver sus cráneos, sus tibias, sus falanges, sacar sus vertebras una a una y guardarlas en una caja... fue una experiencia imborrable que me hizo crecer como persona... pasaba fases de cabreo, amor e incluso bromas dentro del orgullo de trabajo colectivo realizado.

Cada día al ambiente de los compañeros voluntarios se unia la fiesta de tarde y noche que yo combinaba con buscar mis raices en Málaga, conocer la ciudad y la tierra materna tantas veces escuchada, de la que siendo una cria adolescente mi madre tuvo que salir y solo volvió ya anciana.

"Vine a Málaga a buscar mis raices y las encontré"solia decir con suma alegria y asombro.

Entre estas visitas una de ellas fue a PARCEMASA, visita que tuve que hacer en solitario ya que para ir tenia que esperar al fin de semana por el  horario de trabajo en el cementerio. Esa noche como las demás era festiva junto a los compañeros con lo cual volvimos a la residencia de estudiantes ya salido el sol, me acosté y de pronto de un salto recordé que era domingo por la mañana y tenia la cita tan deseada con el abuelo Juan. Dos horas estuve solamente en cama, ¿a quien le iba a pedir semejante sacrifició?,  asi que tuve que asumir ir a PARCEMASA sola. 

Los temores a la cercania con la muerte volvieron a aflorar ante el pensamiento de hacer la visita sola al cementerio, pero había que hacerlo. Así que me subí al autobus que me llevaba hasta allí con mi nota con los datos de localización del nicho en los osarios. Nada más llegar pasé por la floristeria y elegí unas flores con los colores blanco y rojo que para mi representan a la familia de Vigo, también incluí un clavel naranja-rojizo que se me antojó representaba a mi hijo catalán y bisnieto del abuelo Juan. Ya en la puerta del cementerio me guié através de los mapas que tiene cual Port Aventura y me alegré de que fuera más moderno que los tipicos de calles de nichos lo cual me haria mucho más dificil la visita. PARCEMASA es un cementerio de estilo nuevo donde los espacios son inmensos de tal manera que abunda el cesped y las tumbas estan algo alejadas de la carretera principal por la cual me tenia que trasladar, nada más y nada menos que hasta el final superior del parque-cementerio. Osea atraversarlo todo, a lo largo de la carretera central mirando de vez en cuando los mapas que hay por el camino, al sol del mes de julio, a las 10 de la mañana con casi nadie por alli, yo y mis flores en la mano.

Llegué muy facilmente hasta la zona de los osarios muy bien señalada y enseguida encontré al abuelo... Por fin abuelo toda una vida sin verte y aunque hubiera una lápida por medio... por fin allí te tenia... me quedé un rato junto a él, le sentí cerca, fue una experiencia increible...por fin tenia abuelo...llena de gozo llamé por el movil para contar que lo habia encontrado y estaba con él... coloqué las flores y mientras buscaba unas piedras para hacer de peso en un tarro de cristal mi inquietud al ver una corona de flores seca de un nicho cercano volvió a invadirme de tal manera que me entró cierta prisa por volver... hacia mucho sol y calor y no se veia a casi nadie así que ya llena de inquietud me dí mas prisa por salir... la carretera se me hizo muy larga a la vuelta y el sol, el sueño y el calor mucho más pesado esperando la llegada del autobus de vuelta.

Antes de irme al abuelo Juan con un beso através de su lápida le prometí que volvería...

La experiencia de la exhumación me hizo conocer la sensación de plenitud ante un Lugar de Memoria algo que hasta entonces nunca había experimentado y que desde aquella sigo frecuentando por cualquier lugar que visite... si antiguamente como gallega me gustaba cada año visitar Santiago... descubrí que mis sepulcros son estos y desde entonces allí donde voy los visito y los honro.

Mi camiseta para la exhumación

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