Jueces y fiscales tienen abiertos 1.500 expedientes de robo de niños o adopciones irregulares. El 28% de los casos han sido archivados. Dos de las pocas víctimas que han logrado hallar a su familia biológica narran a EL PAÍS su historia y los años de dura lucha para averiguar sus orígenes.
NATALIA JUNQUERA Y JESÚS DUVA 04/12/2011
He encontrado a mi madre! Estoy en shock. Pensé que nunca iba a conocerla". Randy Ryder, nacido en Málaga y vendido por 5.000 dólares a un matrimonio extranjero en marzo de 1971, acaba de encontrar a su madre biólógica. Justo cuando había perdido toda la esperanza. Cuando casi había desistido, desanimado por tantas gestiones infructuosas y en algún caso dolorosas, como el resultado negativo de una prueba de ADN con una mujer que creía ser su hermana y con la que ya se había encariñado. El caso de Randy es uno de los escasísimos reencuentros que se han producido entre víctimas del robo de niños o adopciones irregulares. En todos ellos ha sido la casualidad, la investigación en medios como EL PAÍS y, sobre todo, la tenaz búsqueda, casi detectivesca, de los afectados lo que ha permitido que madres e hijos hayan vuelto a reunirse. Solo un puñado lo ha logrado: apenas seis de casi 1.500 denuncias que están siendo investigadas en fiscalías y juzgados de toda España.
Randy llevaba 12 años buscando sus orígenes. Ya se había hecho una prueba genética con Marimar, que, tras ver su foto el pasado marzo en EL PAÍS, se convenció de que él era el hijo que le habían robado a su madre en 1971. Aquella prueba salió negativa. Sin embargo, el pasado martes le llegó a Randy el dictamen de otra analítica destinada a comparar su huella genética con la de otra mujer. Y esta vez sí: el ADN prueba que ambos son madre e hijo con una seguridad del 99,999%. Coinciden 15 de los 15 marcadores que analizan los laboratorios.
Randy Ryder ha tenido éxito y ha encontrado a su madre. Todavía no se conocen personalmente. Apenas les ha dado tiempo a contarse, por correo electrónico, algunos detalles de sus respectivas vidas. "Ella es sudafricana, pero vive en Londres, y yo, en Austin (Texas). Tenía 25 años cuando se quedó embarazada de mí en Málaga. Era actriz. Estaba soltera y no planeaba tener hijos en aquella época. Me ha dicho que fue un accidente y que su madre le obligó a darme en adopción", explica desde EE UU. "Vamos a vernos muy pronto". Randy va a conocer a su madre a los 40 años. "Ella tiene ahora 65. Me dice que está muy bien de salud y que hace ejercicio todos los días...".
Ella quiere guardar por ahora el anonimato. Si ha encontrado a Randy es por casualidad. A raíz del reportaje publicado en este periódico sobre él, la cadena británica BBC incluyó su historia en un documental sobre las tramas de robo de niños en España. La madre de Randy lo vio y pensó que podía ser ese hijo que le habían obligado a dar en adopción hace 40 años. Su único hijo, porque no volvió a quedarse embarazada.
A Randy le cuesta asimilar lo sucedido. "Me siento extraño. Hace 12 años me cayó encima una bomba", cuenta, recordando el día en que su padre adoptivo, Randolph Edward Ryder, le contó que no era su padre. "Me dijo que había pagado 5.000 dólares por mí [unos 3.700 euros] y que había seleccionado al mejor niño de todos los que había. También me contó que mi padre era un extranjero que trabajaba en un bar de Málaga".
Toda la documentación oficial de Randy asegura que es hijo biológico de Randolph Edward Ryder, natural de Seymore (Texas), y de Roswitha Huber, de Hollabrunn (Austria). "Según los datos obrantes en este Registro Civil, no ha sido nunca adoptado y su madre biológica es la que figura en la inscripción de nacimiento, doña Roswitha Huber, como así consta igualmente en el parte del facultativo que asistió al nacimiento, el doctor don Manuel Muñoz Nieto", se lee en un oficio que la juez María Dolores Moreno envió en 1999 al Consulado General de España en Houston respondiendo a la solicitud de Ryder. Pero toda esa documentación es falsa: el matrimonio no podía tener hijos y Roswitha jamás estuvo embarazada.
Al contrario que la mayoría de los niños robados o apropiados en adopciones irregulares entre los años cincuenta y casi los noventa en España, Randy no tuvo especial suerte con sus padres adoptivos. La austriaca Roswitha Huber era alcohólica. "Cuando era pequeño y estaba ebria, me decía que me había cogido de una mujer en España. Nunca le hice mucho caso porque cuando yo le preguntaba a mi padre [adoptivo], él me decía que no la creyera, que se volvía loca cuando bebía. Ella misma lo negaba después, cuando estaba sobria".
El matrimonio se divorció en 1973, dos años después de haber adoptado a Randy. El niño fue a vivir con su madre a Viena, pero como esta seguía bebiendo mucho, los servicios sociales lo llevaron a una casa de acogida cuando tenía 11 años. Cuando iban a darle en adopción por segunda vez a otra familia, su padre adoptivo fue a recogerle.
Ahora, los planes inmediatos de Randy son: "conocer a su madre" y "buscar justicia en los tribunales porque tengo pruebas de que todo se hizo de forma ilegal. Quiero que el doctor que firmó que mi madre biológica era Roswitha Huber responda por esto".
El doctor Muñoz Nieto, que aún ejerce en Málaga, aseguró el pasado marzo: "Yo no hice el seguimiento del embarazo de esa mujer. Me llamaron del sanatorio San Ramón porque su médico no podía atender el parto y fui. No ir hubiera sido denegación de auxilio. No hablé con ella. Cuando llegué, el anestesista la durmió enseguida. ¿Que por qué puse aquel nombre [Roswitha Huber] en el parte? Porque fue el que me dijeron que pusiera en el sanatorio"...
Fragmento sobre Málaga de la noticia del País
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