Una imagen colgada en facebook por nosotros el 23 de septiembre de 2011 provoca en los últinos días la indignación y el reproche de los usuarios a los métodos salvajes de la represión fascista durante la guerra. La imagen, tomada de “elcorreoweb.es” (24.10.2009), ha sido compartida entre los internautas 1.042 veces, amén de las realizadas desde los propios muros de los particulares. El debate ha sido acalorado e indignado, permitiendo 68 intervenciones. “Así los trataron, les ataron las manos con alambre de espino. Después, acariciando su nuca levemente les descerrojaron un tiro. Y aún hoy, los vivos, los herederos de tanto dolor y sufrimiento, siguen negando el genocidio más atroz que haya vivido España, junto al de la Inquisición”, reza el título con el que quisimos ilustrar la imagen.
La fotografía es una más de las miles que se tomaron en la excavación de varias fosas comunes en el cementerio de San Rafael (Málaga), la fosa más grande, según los expertos, en Europa Occidental. En ella, tras tres años de trabajo, se han exhumado 2.840 víctimas, aunque en realidad hay contabilizadas 4.471 fusilados (1937-1957) repartidos en varias fosas que fueron saqueadas para trasladar sus restos al Valle de los Caídos, y así suplir, la indiferencia de los familiares de derechas que se negaron al traslado de sus seres queridos al gigantesco mausoleo construido por presos republicanos. La magnitud del crimen no tiene parangón con ningún periodo de la Historia de España (excluyendo quizás los procesos inquisitoriales y los genocidios en Hispanoamérica). Las tropas fascistas, con el apoyo de soldados italianos y mercenarios marroquíes sembraron de cadávederes los rincones más variopintos de la geografía malagueña a partir de la conquista de la ciudad y buena parte de la provincia desde febrero de 1937. Entre los restos exhumados se encuentran niños, mujeres, jugadores de fútbol, militares y una mujer embarazada con un feto de siete meses. Los católicos no faltaron a la gran orgía de sangre, que con el beneplácito de la Iglesia, fueron ajusticiados sin obtener la abosución del cura que acompañaba a los piquetes de ejecución. Entre los restos materiales encontrados destacan crucifijos, medallas de vírgenes y rosarios. ¡Nada fue un impedimento!.
Aspecto de la fosa de San Rafael (Málaga) durante la exhumación.
Fuente: El País
Fuente: El País
La brutalidad, las torturas y las palizas fueron otra de las tónicas características en los represaliados. Así, por ejemplo, muchos de los cadáveres presentan roturas de huesos, contusiones, o malos tratos, como en el caso de la imagen, donde el reo fue atado a la espalda con alambre de espino. No faltaron tampoco los tiros en la nuca y los de gracia. Entre la munición hallada, demasiadas balas de fabricación italiana, lo que confirma la participación de ésta en el asesinato de españoles.
“Esto no está en los libros”, decía perplejo un adolescente de instituto ante aquél paisaje excavado regado de cadáveres en una visita escolar. Pues no, aún queda mucho para que los libros de texto de los colegios, institutos y universidades recojan con fidelidad la magnitud de la tragedia que sufrieron miles de españoles (y muchos extranjeros) en un país que ha seguido echando tierra cuando alguien ha intentado salir de su tumba para pedir justicia.
Descansen en paz tod@s, y gracias a los que han colaborado con sus comentarios e indignaciones (que son justas y necesarias) para que hoy nos hagamos eco de una pequeña entrada en el facebook de Todos los Nombres de Porcuna, al que estáis invitados tod@s sin excepción.
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