Detalle de la retirada de documentos en la fachada principal del Juzgado |
La Asociación por la Memoria Histórica
lamenta la pérdida del centro, que en los últimos años ha resultado
esencial para el hallazgo de víctimas
Con sigilo, apilando historias en
vulgares cajas de cartón, sin apenas levantar figuras de polvo. El
Gobierno cumplió ayer su amenaza y empezó a desmantelar el Archivo
Militar de Casas de Campo. De nada han servido las mociones
institucionales –aprobadas, con el respaldo de todos los grupos, en la
Diputación y en el Ayuntamiento– y tampoco el apoyo explícito del PSOE,
que ayer se concentró junto a los representantes de la Asociación contra
el Silencio y el Olvido Por la Memoria Histórica, para mostrar su
rechazo a una decisión que, surgida directamente del Ministerio de
Defensa, deja a Málaga sin la cacharrería indispensable para el estudio
de su propio pasado. Y más extensamente, de uno de los periodos más
convulsos: el de la represión ejercida por el franquismo.
Los
documentos, más de 1.000 cajas, serán trasladados a Sevilla. Una mudanza
que, en su gestación, es inseparable del cierre del Juzgado Togado
Militar, donde el archivo ocupaba – al menos, hasta ayer– parte de las
dependencias anejas. Más de 20.000 expedientes de causas abiertas por el
régimen contra los ciudadanos, información sobre operaciones y
movimientos, toda la agitación contenida, en lo personal y lo colectivo,
en la ciudad desde 1884 a un siglo más tarde y que a partir de este
momento dejará de estar disponible para los historiadores que acudían
con regularidad para su consulta.
José Sánchez, presidente de la
asociación memorialista, sabe de primera mano la importancia del
material conservado en Casas de Campo. Junto a Francisco Espinosa,
Andrés Fernández y otros miembros del colectivo, ha indagado en ese
inmenso puzzle de datos y pistas en falso que han permitido reclutar los
nombres y apellidos de las más de 4.500 personas asesinadas en Málaga
por el fascismo. Un trabajo sistemático, de mucha brega entre legajos,
que a partir de esta semana quedará desconectado con respecto a sus
autores. Con repercusiones, además, para la recuperación de datos. «Las
causas no están en un expediente concreto y ordenado. No basta con ir a
Sevilla y pedirlo. Muchos nombres los hemos sacado buscando otro tipo de
información», señala.
Para José Sánchez, el traslado del archivo
supone un duro golpe para la continuidad del proyecto y la
reconstrucción de lo ocurrido en Málaga. En este sentido, lamenta el
escaso interés demostrado por el Gobierno, «que no dedica ni un céntimo a
la aplicación de la Ley de Memoria Histórica y, ahora, por si fuera
poco, pone más obstáculos». «Es un auténtico desahucio para la cultura»,
reseña.
El inicio del traslado fue seguido también de cerca por
el dirigente socialista Miguel Ángel Heredia, que censuró la decisión
del gabinete de Rajoy, al que acusó de privar de «parte de su historia» a
los malagueños. Tanto el PSOE como la asociación apuestan por mantener
el archivo en Málaga y buscar un emplazamiento entre las distintas
dependencias con las que cuenta el ejército en la ciudad.
- Información desde 1884
El archivo militar recoge información desde 1884. Sus documentos dan cuenta de la actividad de la ciudad y proporcionan todo tipo de datos. - Documentación con más de 20.000 expedientes
El patrimonio documental incluye más de 20.000 expedientes judiciales de la época.
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