Francisco Pimentel - La Voz de Ronda 29.11.2014
Han sido 11 días en el muro de los fusilados. He estado justo en el mismo sitio donde estaba la cancela de hierro que tiene las pruebas de las balas. En el lugar donde cada día a las 5:00 de la madrugada llegaban las camionetas con nuestros familiares atados, amordazados, destrozados. Los bajaban a golpes y los iban matando en pequeños grupos a la luz de los faros de los vehículos, mientras los demás veían lo que les esperaba en pocos minutos. Militares, falangistas y curas organizando el exterminio de los hombres y las mujeres que habían tenido la valentía de pedir pan, trabajo y libertad. También estaban allí los trabajadores del cementerio, obligados a coger a los recién fusilados y tirarlos a las fosas que, abiertas desde diciembre, se iban llenando cada día con los mejores de nuestra sociedad.
Son ellos los que han estado presentes ante mí todos estos días. Estando en nuestro muro de las lamentaciones les he sentido como si me dijeran algo. Cuando me quedaba solo y cansado dormitaba revivía esos momentos de angustia y terror. Me parecía ver lo que sucedía y volvía a sentir una y otra vez ese gran dolor, esa gran pena, ese desaliento, frustración y abandono que había vivido mi abuela, mi padre, mi familia desde siempre. Estas imágenes, estos sentimientos me acompañaron todos los días. Ha habido días de lluvía, frío, sol y viento que llegó a ser tan fuerte que una ventolera levantó y tiró la pérgola a pesar de las sujeciones. Fue un día nefasto que pude superar por la ayuda de los operarios del cementerio y los familiares, amigos, compañeros y camaradas que habiendo venido a verme me ayudaron a reparar y remontar la caseta, esta vez con menos improvisación y mejor sujeta.
Han sido muchas las ayudas, las visitas, las llamadas y los apoyos que he tenido de Ronda, de los pueblos de la serranía, de Algeciras, de Jimena, de Murcia, de Málaga, de Sevilla, de Córdoba, del Bierzo, de Galicia, de Madrid, de Cataluña, de París, de Ámsterdam, de Castro del Río, de Coria del Río, ... me ayudaban a mantenerme y seguir emitiendo desde el corazón de Andalucía la petición de ayuda para la recuperación digna de nuestros mártires republicanos. Sé, y no sé, cuantos se han movido y hablado para solucionar el conflicto entre la dirección general de memoria democrática y la asociación de familiares a los que represento, pero es seguro que ha sido esa creciente marea desde la delegación del gobierno, pasando por la sauceda, hasta el parlamento europeo, la que ha ayudado a encauzar para bien lo que hubiera podido convertirse en un nuevo desastre exhumatorio. Los profesionales que son contratados para hacer estos trabajos han de comprender que estos no son trabajos arqueólogicos como otros antiquísimos. Además del mismo cuidado han de saber que es historia viva, que los familiares y demás conciudadanos tenemos nuestro corazón y nuestros sentimientos en esas fosas, que están esperando ser abiertas dignamente para la recuperación de los más valientes y honrados para que nos cuenten la verdad, se haga justicia y se repare el mal causado a ellos y a toda la sociedad hasta el día de hoy.
He tenido el honor de que entre los que han venido a verme y alentarme hay familiares de fusilados que por primera vez en su vida le han dicho a alguien que tenían a uno de los suyos en las fosas. Siempre en el primer contacto con familiares hay un rodeo porque el miedo y el terror aún anida en su corazón y recuerdo, aunque algunos no lo vivieran directamente, sino que les ha sido transmitido. Pero aquí delante del muro, tan cerca de las fosas, ese preámbulo ha sido mucho más corto porque ya venían dispuestos a contar lo que sabían y a dar el nombre de su familiar fusilado. El miedo y las heridas empiezan a curarse. Casualidades de la vida o no, (hay algo en el universo algún espíritu algún principio decía George Orwell en su novela social 1984), que ha hecho que mi huelga-protesta comenzara justo cuanto se cumplía el plazo dado por la ONU al gobierno para dejar sin efecto la ley de amnistía e investigar las desapariciones forzadas cometidas durante el franquismo y dotar de recursos económicos, técnicos y de personal la tarea de búsqueda de desaparecidos. Y también casualidad o no, la fecha acordada para tener la primera reunión del comité rondeño para la coordinación, seguimiento y colaboración compuesto por Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Ronda, Asociación de Familiares Memoria Histórica de Ronda y los partidos políticos, es el próximo día 10 de diciembre que es el día internacional de los Derechos Humanos.
Escritora, pintora y activista de los derechos humanos en El Salvador, Bosnia y ahora en España Jehanne van Woerkom ha sido quien en una de sus cartas a Luis Naranjo señaló tal coincidencia y dice: La participación de todos, interesados, implicados, me parece una condición necesaria para poner los primeros pasos al camino hacia lograr acuerdos satisfactorios, durante un proceso de respeto y de comprensión mutua. Para que finalmente un día se podrá efectuarse su objetivo mutuo: el proceso de exhumación y sus secuelas en el cementerio de Ronda, cuidadosamente, con respeto, con cariño hacia los familiares tan sufridos y con plena participación de parte de ellos, cuyo único deseo es dar, antes de morir, sepultura digna a los suyos. En este sentido no hay que perder tiempo, los familiares estan muriéndose... El desarollo del proceso alrededor de la fosa de Ronda, es de suma importancia: podría servir de ejemplo para toda la nación, ya que, y lo digo con el corazón pesante: "Toda España es una gran fosa común."
Francisco Pimentel
Asociación Memoria Histórica de Ronda
Grupo Facebook: memoria historica de Ronda
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