Primero de Mayo en Ronda, 75 años después del represivo y sangriento de 1937, tan diferente a los celebrados durante la República que eran reivindicativos y de conmemoración, cuando muchos trabajadores tomaban conciencia de su condición de proletarios.
Debemos refrescar nuestra memoria colectiva y recuperar la historia del Día del Trabajo: Fué por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional en 1889 que es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago, sindicalistas que fueron ejecutados en Estados Unidos por su lucha para conseguir la jornada laboral de ocho horas teniendo su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886.
A finales del siglo XIX Chicago era la segunda ciudad de EE.UU. A ella llegaban cada año miles de vaqueros en paro, creando los primeros barrios pobres que albergarían a miles de trabajadores, además de miles de emigrantes venidos de todo el mundo. Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era “ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la familia” máxima con la que desde 1829 solicitaban a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas sin conseguirlo. (Existía una ley que prohibía trabajar más de 18 horas ¡¡¡dieciocho!!!).
La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Federación Estadounidense del Trabajo inicialmente socialista que en su cuarto congreso en 1884 había resuelto que desde el 1 de Mayo de 1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de ocho horas, llamando a la huelga si no se obtenía esta reivindicación y recomendándose a todas las uniones sindicales que tratasen de hacer promulgar leyes en ese sentido en sus jurisdicciones. Esta resolución despertó el interés de las organizaciones sindicales que veían la posibilidad de obtener mayor cantidad de puestos de trabajo con la jornada de ocho horas y así reducir el paro.
El 1 de Mayo de 1886 iniciaron la huelga varios cientos de miles de trabajadores mientras que otros obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro. En Chicago donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peor que en otras ciudades y las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de Mayo. La única fábrica que trabajaba era una de maquinaria agrícola a base de esquiroles. El día 2 la policía había disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3 se celebraba una concentración enfrente de las puertas de esa fábrica cuando una compañía de policías sin aviso alguno procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos. El día 4 se concentraron más de 20.000 trabajadores y la policía abrió fuego contra la multitud hiriendo y matando a muchos obreros y deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados acusados del asesinato de un policía. Estos hechos represivos fueron apoyados por una campaña de prensa que llamaba gentuza a los inmigrantes europeos.
El Crimen de Chicago costó la vida de muchos trabajadores y dirigentes sindicales, miles fueron despedidos, detenidos, procesados, heridos de bala o torturados, la mayoría eran inmigrantes: italianos, españoles, alemanes, irlandeses, rusos y polacos. Pero a finales de Mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas y este triunfo de los trabajadores marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial, a tal punto que hasta el Papa apoyó esta jornada de memoria colectiva declarándola festividad de San José Obrero. Ahora en todo el mundo se llama Día Internacional del Trabajo.
Durante el siglo XX las condiciones laborales se fueron mejorando con leyes que reconocían derechos de respeto, retribución y amparo social, pero en los últimos años esos progresos están siendo anulados por las políticas del neoliberalismo. Contra estas políticas del moderno capitalismo especulador (ingeniería financiera dicen), improductivo y más voraz que aquel de Chicago de 1886, las organizaciones de la izquierda (UGT, CCOO, PSOE, IUPC, ATENEO, PCPA, PA, ETC) deberían sentarse alrededor de una mesa y establecer un diálogo que nos permita hacer frente a los problemas que de nuevo a todos nos acucian. Y a tal punto es necesario que el Congreso de Víctimas del Franquismo ha hecho un llamamiento a la unidad de los colectivos de la Memoria Histórica porque de otro modo será muy difícil que nuestras demandas de Verdad, Justicia y Reparación prosperen frente a la voracidad de los mercados y los bancos.
Francisco Pimentel
Asociación Memoria Histórica de Ronda