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domingo, 6 de mayo de 2012

Memoria/Trabajo

Francisco Pimentel
Asociación Memoria Histórica de Ronda
La Voz de Ronda 05.05.2012
Primero de Mayo en Ronda, 75 años después del represivo y sangriento de 1937, tan diferente a los celebrados durante la República que eran reivindicativos y de conmemoración, cuando muchos trabajadores tomaban conciencia de su condición de proletarios.

Debemos refrescar nuestra memoria colectiva y recuperar la historia del Día del Trabajo: Fué por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional en 1889 que es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago, sindicalistas que fueron ejecutados en Estados Unidos por su lucha para conseguir la jornada laboral de ocho horas teniendo su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886.

A finales del siglo XIX Chicago era la segunda ciudad de EE.UU. A ella llegaban cada año miles de vaqueros en paro, creando los primeros barrios pobres que albergarían a miles de trabajadores, además de miles de emigrantes venidos de todo el mundo. Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era “ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la familia” máxima con la que desde 1829 solicitaban a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas sin conseguirlo. (Existía una ley que prohibía trabajar más de 18 horas ¡¡¡dieciocho!!!).

La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Federación Estadounidense del Trabajo inicialmente socialista que en su cuarto congreso en 1884 había resuelto que desde el 1 de Mayo de 1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de ocho horas, llamando a la huelga si no se obtenía esta reivindicación y recomendándose a todas las uniones sindicales que tratasen de hacer promulgar leyes en ese sentido en sus jurisdicciones. Esta resolución despertó el interés de las organizaciones sindicales que veían la posibilidad de obtener mayor cantidad de puestos de trabajo con la jornada de ocho horas y así reducir el paro.

El 1 de Mayo de 1886 iniciaron la huelga varios cientos de miles de trabajadores mientras que otros obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro. En Chicago donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peor que en otras ciudades y las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de Mayo. La única fábrica que trabajaba era una de maquinaria agrícola a base de esquiroles. El día 2 la policía había disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3 se celebraba una concentración enfrente de las puertas de esa fábrica cuando una compañía de policías sin aviso alguno procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos. El día 4 se concentraron más de 20.000 trabajadores y la policía abrió fuego contra la multitud hiriendo y matando a muchos obreros y deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados acusados del asesinato de un policía. Estos hechos represivos fueron apoyados por una campaña de prensa que llamaba gentuza a los inmigrantes europeos.

El Crimen de Chicago costó la vida de muchos trabajadores y dirigentes sindicales, miles fueron despedidos, detenidos, procesados, heridos de bala o torturados, la mayoría eran inmigrantes: italianos, españoles, alemanes, irlandeses, rusos y polacos. Pero a finales de Mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas y este triunfo de los trabajadores marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial, a tal punto que hasta el Papa apoyó esta jornada de memoria colectiva declarándola festividad de San José Obrero. Ahora en todo el mundo se llama Día Internacional del Trabajo.

Durante el siglo XX las condiciones laborales se fueron mejorando con leyes que reconocían derechos de respeto, retribución y amparo social, pero en los últimos años esos progresos están siendo anulados por las políticas del neoliberalismo. Contra estas políticas del moderno capitalismo especulador (ingeniería financiera dicen), improductivo y más voraz que aquel de Chicago de 1886, las organizaciones de la izquierda (UGT, CCOO, PSOE, IUPC, ATENEO, PCPA, PA, ETC) deberían sentarse alrededor de una mesa y establecer un diálogo que nos permita hacer frente a los problemas que de nuevo a todos nos acucian. Y a tal punto es necesario que el Congreso de Víctimas del Franquismo ha hecho un llamamiento a la unidad de los colectivos de la Memoria Histórica porque de otro modo será muy difícil que nuestras demandas de Verdad, Justicia y Reparación prosperen frente a la voracidad de los mercados y los bancos.

Francisco Pimentel
Asociación Memoria Histórica de Ronda

sábado, 12 de febrero de 2011

Los escritos clandestinos de la Málaga obrera

Los escritos de la clandestinidad. Fotografía de la desaparecida fábrica de Citesa Gregorio Tores



El malagueño José Antonio Ruiz ha donado al Archivo Histórico Provincial valiosos documentos que sacan a la luz la actividad clandestina del Movimiento Obrero en la represión franquista
 
ALEJANDRA GUILLÉN. MÁLAGA Primavera de 1962. Las Comisiones Obreras nacen y se extienden rápidamente por lo ancho y largo de nuestro país y, ante las Elecciones Sindicales de 1966, lanzan la consigna de participación en ellas, con la intención de cambiar el Sindicato Vertical o demostrar su ineficacia. Este hecho sirvió de pretexto en Málaga para movilizar a muchos jóvenes inquietos, y a la vez temerosos, en la preparación de unos comicios sindicales convocados oficialmente por el régimen franquista.

No dudan en colaborar en los preparativos, lo que originó que la Juventud Obrera Católica, muy fuerte en Málaga por esta época, las Juventudes Comunistas y un grupo del Frente de Liberación Popular desplegaran una batería de actuaciones, que culminó en diversos encuentros que constituyeron los primeros pasos organizados del denominado Movimiento Obrero en Málaga, que alcanzó su consolidación en el año 1972.

La actividad sindical y política de estas organizaciones obreras generó un volumen ingente de documentos para difundir su lucha contra la dictadura, que por su situación de ilegalidad eran destruidos a la mayor celeridad para evitar las represalias. Esta clandestinidad ha motivado que esta historia reciente de Málaga haya sido una gran desconocida para muchos.

Pero este vacío informativo va a cambiar a partir de ahora. José Antonio Ruiz Muñoz, presidente de la Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga, fue una persona muy comprometida con los movimientos obreros en la provincia; vivió y participó de forma activa y directa en estas reivindicaciones de los trabajadores y supo guardar celosamente los testimonios escritos de esta etapa decisiva de la historia reciente de España.

Ahora, estos legajos clandestinos salen a la luz pública con la donación de este malagueño al Archivo Histórico Provincial, dependiente de la Junta de Andalucía. Este interesante legado, compuesto por 400 documentos aproximadamente, que abarcan los años 1965 a 1979, son «fragmentos valiosísimos de nuestra historia», destaca la directora del Archivo Histórico Provincial, Esther Cruces.

«Consideramos esta donación de gran interés para incrementar el conocimiento y los testimonios documentales disponibles para el estudio de la actividad clandestina de movimientos, partidos y sindicatos de izquierda durante la dictadura franquista y los primeros años de la democracia en Málaga», añade.

Para Cruces, estas joyas, por su propia naturaleza ilegal, se podrían denominar el «antiarchivo». «El fin de estos escritos clandestinos era desaparecer, por motivos de seguridad porque constituían un delito. Se destruían por miedo a la represión. Existían consignas para que nadie los llevara encima cuando los detenían. El hecho que estén en un archivo, como es este caso, los hace más valiosos», observó.

Octavillas del movimiento sindical

Circulares de protesta del sindicato Metal-Unión de Técnicos y Trabajadores sobre el cierre de la fábrica VERS (1972), octavillas de Comisiones Obreras al pueblo de Málaga para informar por la lucha de Citesa (1974), panfletos a la clase obrera desde la prisión de Carabanchel (1975), diversos boletines obreros de los militantes de CCOO (1974), octavilla sobre los compañeros de hostelería (1972), cartel que informaba sobre el mitin comunista organizado por Bandera Roja (1977), el primer ejemplar de Despertar Obrero, el órgano de prensa de la Comisión Obrera de Citesa (1974), convocatorias de manifestaciones en el centro de Málaga (1976), comunicado de los trabajadores encerrados en la iglesia de Santo Domingo (1976) o informaciones elaboradas por los presos sobre hechos ocurridos en la cárcel de Carabanchel en el año 1975 son algunos de los documentos que integran este acervo histórico y que reflejan la actividad sindical y política desarrollada por José Antonio Ruiz Muñoz en aquellos años en Málaga.

Este legado se completa con publicaciones de prensa de los periódicos locales del momento y boletines de movimientos y organizaciones clandestinas.

Entre las curiosidades de este fondo documental está una lista electoral, en la que aparece una desconocidísima María Teresa Campos. La periodista malagueña por aquel entonces fue una de las candidatas al Congreso por Málaga por el partido Reforma Social Española en las elecciones de 1977. El texto traza una semblanza de la presentadora de televisión y destaca: «Su preocupación por los problemas femeninos se ha puesto de relieve en numerosas ocasiones, especialmente en el programa Mujer 77, en el que se han expuesto todos los temas y situaciones que nos muestran la discriminación y opresión de que la mujer es objeto en la sociedad actual».